jueves, 7 de octubre de 2010

Un negocio criminal: el uso de transgénicos y glifosato se muestra mucho más peligroso



El triunfo de la verdad.

Medioambiente - Denuncia ecológica.

Por Graciela Cristina Gómez.
El viernes 1 de octubre de 2010, el Honorable Concejo Deliberante de Gualeguaychú, esperaba con el auditorio expectante la disertación del doctor Andrés Carrasco programada para las 20hs.

Una sala colmada aguardaba al Director del Laboratorio de Embriología Molecular de la UBA-CONICET quien el 18 de septiembre pasado fue invitado por el Parlamento Europeo con sede en Bruselas, Bélgica, para exponer sus trabajos de investigación sobre los efectos del glifosato.

El científico que hizo tambalear las acciones de Monsanto esta última semana, según los analistas, incluido Goldman Sachs, forzado por la semilla SmartStax a considerar la baja de sus precios. El rumor se expandió por EEUU: “el Roundup podría ser la causa de defectos en nacimientos según un estudio de científicos argentinos”. El autor del libro “Semillas de destrucción” F. William Engdahl fue más allá y establece la conexión explícita al Roundup por escrito en el sitio Global Research el jueves 30 de septiembre.

Una jornada de muchas emociones, tal los relatos de los organizadores del evento.


En un acto de grandeza y de un buscado concenso se invitó a participar en la jornada a María Spiazzi de Molina, Presidenta de la Asociación de Fumigadores Entrerrianos, aunque parezca una incongruencia, también miembro de la Asociación de Lucha Contra el Cáncer (ALCEC) Filial Urdinarrain, a Gerardo Roberto Alemán, aeroaplicador de Entre Ríos y Eduardo Meichtry, productor del Chaco, para que expongan en un ambiente sin violencia, los argumentos que tienen para refutar las investigaciones del investigador.


Uno de los expositores Fabián Tomasi (de Basavilbaso, Entre Ríos), un aeroaplicador afectado por los agroquímicos, con su cuerpo lacerado hasta lo imposible, sus heridas abiertas y su voz pausada pero enérgica y valiente, habló a la audiencia desde el corazón.

Fue suficiente ver su figura y escuchar su relato para hacer llorar a gran parte de los presentes con su dramático testimonio. Hasta el científico se quebró, -dobló la cabeza hacia el piso y cuando finalmente le tocó el turno para disertar, le costó unos minutos normalizar sus ojos enrojecidos y su voz quebrada por la emoción, por lo que había escuchado-, manifestaron desde Fundavida.


Fabián Tomasi, a minutos de salir de su casa hacia el lugar del encuentro me escribió:

“Doctora, este texto voy a leer en la charla, ahora apago la máquina, rezo y partimos, solo que Dios me ayude. Un gran abrazo”.

Le contesté:

“Todo va a estar bien”

Sabía que lo que sucedió anoche fue la misma sensación que nos dejó ser testigos de la videoconferencia con Fabián, en el marco de la Jornada sobre Agroquímicos en el Colegio Profesional de Ingenieros Agrónomos de Capital Federal (CPIA) el año pasado. Verlo en la pantalla del televisor cientos de veces, compartir sus fotos y el amor por su hija Nadia.

Es por ella que decidió no callar más y esto dijo:
“Yo he vivido esto desde adentro y he visto como se hace todo. Si quieren con más tiempo se los cuento... La forma en la que se lo hace no tiene nada que ver con el cuidado del ambiente y de la vida.

No hay manera de aplicar millones de litros de venenos y pretender que se lo puede hacer bien.

Cuando se decide hablar de los riesgos y complicaciones hacia la salud, los ingenieros agrónomos no existen. Ya que no es tan difícil interpretar que en sus formaciones académicas cada vez tratan de hablar menos de estos temas, eso sí al momento de demostrar su actividad, se muestran inflexibles e intolerantes ante la menor duda, planteada por los que ellos llaman ambientalistas en contra del agronegocio.

Tal como sucedió en la escuela de mi hija, en la cual dejaron entrar a uno de ellos, representante del INTA, presentada como clase ilustrativa, que hizo que ella entendiera menos aún, donde se aloja la verdad de todo esto. Este señor solo se limitó a explicar a los chicos sobre el uso y bondades de estos productos, el bendito buen uso, que todos ellos bregan y que saben que es imposible.

Para respaldar esto podríamos mencionar algunas cositas: como que las recetas agronómicas no son reales. No hay inspecciones.¿ Cuántos inspectores hay en la provincia y diría en el país?. No hay por lo tanto, presupuesto y esto lleva a una falta de control por parte del estado.

Simplemente, no hay nada. Y marcando esto, es necesario que me refiera al papel desempeñado por el Ministerio de Medio Ambiente, de la liviandad con la que han tratado el tema los profesionales de la UNER.

Personas muy bien formadas ,con el fino arte de ignorar a los afectados en ésta provincia.

Todos ellos hablan de lo que no saben, no por falta de capacidad, simplemente creo que no quieren enterarse, porque los pondría en la posición de tener que hacer algo en serio.

Y nadie quiere hacer algo en serio.

Si no enfrentamos el hecho de que estamos luchando contra un negocio de miles de millones de dólares, y que muy pocos están dispuestos a ponerle el cascabel a ese gato, es indudable que nos están mintiendo.

Mucha gente sigue creyendo que los químicos no hacen nada, porque hay profesionales que se los dicen. Y esos profesionales, en el mejor de los casos, inventan para no comprometerse .La otra vez estuve con un grupo de amigos camioneros, que son habitué en los silos de San Lorenzo - Santa Fe, Capital Nacional de Comodities, y ellos me comentaban su preocupación por las apariciones de ronchas, erupciones y asma. La respuesta para todos era la misma y la de siempre: un virus.

Esto es así porque no solo se trata de los ingenieros agrónomos, sino también de la mayoría de los médicos. No puedo dejar de mencionar las muertes registradas de camioneros, sin explicación contundente por parte de los médicos, hasta se llegó a mencionar muerte súbita, a lo que yo formulé una definición: Dícese de todo lo que no queremos resolver.

Para el sistema de salud, todos se mueren por cualquier cosa menos por los agroquímicos.

¿Hasta cuándo vamos a permitir que nos mientan?

Hace poco leí con indignación un artículo originado en el gobierno de Entre Ríos, que hablaba de los peligros que se corría en los hogares con los productos químicos.

Parece no saber esa gente que, por un lado, los químicos hogareños, son subproductos de los químicos agrícolas (clorpirifos, cipermetrina) y por otro, que no pueden separar las causas como se les da la gana a la hora de decir, que es lo que nos está matando.

Uno de los argumentos más usuales de los profesionales al hablar del tema es este: ‘Hablan de los agroquímicos y no se fijan en el Off’

Y si, nos tenemos que fijar en el agroquímico y en el veneno hogareño. Porque ambos son producto de los mismos laboratorios. Debo mencionar aquí la gripe A, ésa que apareció y desapareció, de una forma aún más sospechosa.

Como no dudar si todas estas sustancias son generadas, también en los mismos laboratorios.

Queremos aprovechar para exigir, que como afectados ¡no víctimas, AFECTADOS! se nos dé la posibilidad de gozar de nuestros derechos fundamentales, marcados en la Constitución Nacional que nos rige. Y que se deje en claro, que nosotros no defendemos un negocio, defendemos nuestras vidas.

Si decidí asistir a esta presentación, es porque aún le debo una respuesta a mi hija. Hace poco había decidido callarme, para su bien, pero comprendí que eso no era lo correcto.

Ya no hay más tiempo para jugar al gato y al ratón. O decimos las cosas como son, o mejor nos callamos. Quedarse en el medio, es confundir y embarrar más la cancha.

Respetuosamente.
Afectados por agroquímicos de Entre Ríos, muchas gracias.”

Solo resta decirte:

Gracias Fabián. Por tu coraje, por tu lucha incansable y dolorosa, por tu confianza, por tu valor. Tu hija Nadia sabe quiénes mienten y quienes dicen la verdad. Más aún, sabe que hay miles de Fabian Tomasi, anónimos, ocultos, postrados como Daniel Ortiz del Barrio El Diamante, a escasos kilómetros de su casa. Su padre es un ejemplo y ella es un ejemplo en la escuela, donde nada ni nadie podrá cambiarlo, aún con cientos de charlas estériles, que ya no convencen ni siquiera a un niño de primaria.

Veneno y envenenadores están en la cuenta regresiva, sin vencedores ni vencidos, solo un triunfo, el de la verdad.

ecos-deromang.blogspot.com
























http://vozentrerriana.blogspot.com/2010/10/un-negocio-criminal.html

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