martes, 24 de noviembre de 2009

Se subestiman los saberes que generan los movimientos sociales


UNIVERSIDADES CORPORATIVAS. “Hay que pensar a quién estamos sirviendo al decir sí, a los fondos provenientes de la minería”, propuso Horacio Machado Aráoz.
(José Merlo)


De saberes y de luchas sociales se habló en las jornadas organizadas por integrantes de la comunidad académica de la UNER, que se resiste a la expoliación minera y al actual modelo de expropiación de los recursos naturales. La prestigiosa socióloga Maristella Svampa estuvo este jueves en Paraná y dio su visión.
| Mónica Borgogno

Integrantes de la asamblea de vecinos autoconvocados de Andalgalá, Catamarca, la comunidad que sufre de manera más directa, las consecuencias de la instalación del mega emprendimiento minero La Alumbrera, estuvieron presentes para compartir sus vivencias y su resistencia, en el marco de las jornadas de debate acerca de la universidad pública y la resistencia a la expoliación minera que organizó el grupo UNER en movimiento.
Cabe señalar que recientemente, el accionar de esta comunidad trascendió al conocerse que los vecinos, cansados de sufrir los constantes drenajes ácidos y derrames tóxicos de la minera que reiterada e impunemente les contamina su tierra y agua, habían interceptado camiones transportando los residuos tóxicos de los últimos derrames del mineraloducto roto de Minera Alumbrera. Dicha acción culminó con un vecino septuagenario, Urbano Cardozo, detenido, por orden de un fiscal local.
De lo que hacen y piensan los nuevos movimientos sociales en contra de las avanzadas de megaempresas que se apropian de los recursos naturales, de los territorios y en consecuencia, de sus comunidades, se habló en estas dos jornadas que se realizaron entre el jueves y viernes en la Facultad de Ciencias de la Educación y la de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos.
Los que están a favor de una universidad pública capaz de escuchar a los movimientos en lucha y con ganas de discutir la relación conocimiento-realidad, estuvieron presentes. Entre otras voces, se escucharon las de ecologistas locales, vecinos de asambleas de Colón, Gualeguaychú y Paraná y de estudiosos de los movimientos sociales y los actuales modelos de producción y extracción, como la licenciada en Filosofía y doctora en Sociología, Maristella Svampa y el magister Horacio Machado Aráoz, integrante de la Asamblea Socioambiental Catamarca y docente de la Universidad Nacional de Catamarca y el ambientalista Javier Rodríguez Pardo.

POLÍTICA DE SAQUEO. El panel del jueves estuvo integrado por Manuel Gómez, representante gremial de Agmer Paraná, Horacio Machado Aráoz de la Universidad Nacional de Catamarca y Maristella Svampa, editora junto con Mirta Antonelli de Minería transnacional, narrativas del desarrollo y resistencias sociales.
En su alocución, Gómez puso énfasis en el concepto de soberanía y en particular, habló de la importancia de pensar la soberanía pedagógica, para llevar a las aulas el tratamiento de temas ligados a la apropiación de tierras, la sojización, el derroche de recursos energéticos, entre otros.
Al mismo tiempo habló de “baches en la investigación universitaria” y cuestionó el rol de ciertos investigadores que no se ocupan de problemáticas sociales como por caso, el mal de chagas, que no son del interés de los grandes laboratorios y por lo tanto no tienen su financiamiento.
“Esta actividad minera tiene que ver con una política de saqueo de recursos donde poco y nada importa la tierra, la vida”, definió el docente.

MODELO VIOLENTO. A su turno, tomó la palabra Machado Aráoz quien organizó sus ideas en cuatro ejes: la minería en la vida moderna, la anatomía política del colonialismo, la geopolítica del neoliberalismo que ha permitido este auge de la minería, y el rol de la universidad en todos estos procesos.
La violencia –remarcó-- es inherente a “este nuevo modelo y dinámica de expropiación económica, ecológica y geopolítica” y en ese sentido hizo alusión a la violenta separación del cuerpo de los territorios, como parte de esta expropiación que hacen las mineras al desplazar comunidades enteras.
Fue conmovedor escuchar un interrogante básico: “¿Alguien puede decirme cuál es el valor de un litro de agua en Catamarca, donde predominan climas áridos y escasea la lluvia?”. La pregunta contrastó con los millones de litros de agua que insume la minera La Alumbrera.
“La degradación del paisaje es la degradación del cuerpo que es el soporte material de la ciudadanía. Por lo tanto se están expropiando los derechos de los ciudadanos”, puntualizó Machado Aráoz.
“La aceptación de los fondos provenientes de la minería tiene un valor emblemático. O se avanza hacia la corporativización de la universidad o no”, señaló para enseguida traer las palabras de José Martí: “Pensar es servir”, decía, hay que pensar a quién estamos sirviendo”, remató este profesor especialista en Ciencias Humanas.


Ilusión de desarrollo

Maristella Svampa realizó una semblanza de los principales núcleos problemáticos de este presente en América Latina.
“A partir del año 2000 empieza a cuestionarse el consenso neoliberal cristalizado en toda América Latina, comienza a disociarse globalización y neoliberalismo… y hoy vemos sus consecuencias”, disparó esta socióloga, investigadora del Conicet.
Se asiste a un modelo de “acumulación por desposesión de los bienes comunes como la tierra, el territorio, que hoy están en el centro de todos los conflictos en nuestro continente. Está amenazada la territorialidad y el estilo de vida de pueblos enteros”, subrayó Svampa.
Para completar el panorama actual, trajo a colación lo que denominó como ilusión desarrollista: “Desde el punto de vista político, económico y teórico se cuestionó el concepto de desarrollo que ahora se retoma. Hay una mayor producción discursiva de parte de las empresas por el desarrollo sustentable, sin embargo la promesa del desarrollo no se ha cumplido y La Alumbrera es un ejemplo”, comentó para ilustrar lo que decía con altos números de desempleo y pobreza en poblaciones aledañas al emprendimiento.
En otro momento de su planteo, la socióloga dio un dato que ironizó y significó el aplauso de todos los presentes, al recordar que un legislador del Frente Justicialista para la Victoria propuso que las sobras del comedor de La Alumbrera sean repartidas entre las poblaciones más pobres de Catamarca. “¿Ese será el efecto derrame?”, preguntó.
Hacia el final de su discurso, aportó su mirada más que crítica respecto de la investigación en determinadas universidades, que “subestiman y desprecian los saberes que por ejemplo, se están generando en los movimientos sociales. Desprecian estos otros saberes y mundos y por lo tanto no los comprenden”, objetó la mujer.
http://www.eldiariodeparana.com.ar/textocomp.asp?id=182544

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