jueves, 31 de enero de 2008

A Botnia se le quemaron los papeles


Jueves, 31 de Enero de 2008
LA PLANTA DERRAMO AL RIO UNAS 200 TONELADAS DE PASTA DE CELULOSA

En el sexto accidente desde que comenzó a producir, la compañía finlandesa sufrió una pérdida que no sería tóxica, pero que volvió a encender la alarma sobre la seguridad ambiental. El lunes había habido otro desperfecto. Ayer la pastera permanecía inactiva.
Por Laura Vales
–La gente jugó con la celulosa como si fuera nieve –dice el vocero.

–Perdón, pero no lo entendí. ¿Cómo?

–Por la avería del caño se derramó un poco de pasta de celulosa, que es parecida al algodón mojado... El caño está en altura y, al caer la celulosa, formó como un pequeño cerro de unos 20 metros por dos de alto. La gente se puso a jugar. Sé que muchos sacaron fotos con los celulares.

Esta imagen naïf, de tarjeta de Navidad finlandesa, fue el particular modo de informar de Botnia sobre el nuevo accidente en el interior de la pastera de Fray Bentos. El derrame ocurrió el martes y no sería tóxico, pero puso otra vez de relieve que en la megaplanta de celulosa se producen fallas con una frecuencia inquietante: éste es el sexto incidente desde que entró en la etapa de producción.

En las costas de Gualeguaychú la Prefectura tomó muestras del agua para verificar si hubo contaminación. La planta había tenido el lunes un desperfecto “en un instrumento de medición, lo que generó que se apagara la caldera principal, y por ende, toda la fábrica”, detalló Diego Muñiz, vocero en Buenos Aires de la compañía. Según el consultado, la situación se complicó cuando intentaron volver a ponerla en marcha “y se rompió una cañería que transporta la pasta de celulosa en estado semilíquido, en la etapa previa a su secado”. De acuerdo con los cálculos de los técnicos, se derramaron así unas doscientas toneladas de pasta de celulosa, que fueron recogidas y llevadas a una pileta de piedra caliza.

Por la noche, en Fray Bentos volvió a sentirse olor a huevo podrido. Botnia admitió que fue debido al intento de reiniciar la producción. La pastera quedó finalmente inactiva por 48 horas, pero volvería a encender sus calderas entre hoy y mañana, lo que augura una nueva incursión del famoso aroma a coliflor.

Los antecedentes de los problemas de la pastera se remontan a septiembre, cuando el Ministerio de Medio Ambiente uruguayo encontró “fisuras” en una de las piletas. En noviembre, once operarios terminaron en el hospital tras intoxicarse con sulfuro de sodio, lo que les provocó problemas en la piel y las vías respiratorias. La pastera estaba en su período de pruebas; ante las consultas, la compañía le echó la culpa al viento, responsabilizándolo por haber hecho volar por el aire el polvillo tóxico.

La fábrica comenzó a funcionar el 9 de noviembre y el día 22 los chicos de una escuela de Fray Bentos sufrieron náuseas y mareos por el mal olor. La maestra contó que seis nenas se habían descompuesto, además de ella. La empresa pidió disculpas a la población y en un comunicado de prensa argumentó que “la emanación de compuestos reducidos de azufre” se había debido “a un fallo en un sistema para minimizar olores”. El siguiente episodio fue muy parecido, pero en una escuela del otro lado del río, en las afueras de Gualeguaychú. Luego, a mediados de diciembre, cuatro obreros debieron ser internados por un derrame de cloro. Y ahora acaba de sumarse otro incidente de ese estilo, ya que el martes, en medio del último problema técnico, un empleado finlandés se quemó con licor negro cuando realizaba tareas en la caldera de recuperación. De acuerdo con lo detallado por la Jefatura de Policía de Río Negro (del departamento de Fray Bentos), el accidentado se quemó “los dos brazos y parte del cuello” mientras manipulaba “licor negro”, por lo que fue trasladado a un centro de salud de la zona.

Repasada así, la secuencia confirma lo que dicen los especialistas y el archivo: en las pasteras, los principales afectados son quienes trabajan en las instalaciones y la población más cercana. Así pasó, por ejemplo, con la planta de ENCE en Pontevedra, en España, que utilizaba una tecnología similar a la que emplea Botnia, donde ocurrieron numerosos accidentes. En Pontevedra también se sintieron los efectos de la contaminación, pero de una manera lenta y muchos años más tarde. ENCE fue finalmente condenada por afectar el ambiente y deberá relocalizarse.

Tras lo sucedido ayer en Botnia, el intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo, dijo que el derrame podría haber llegado hasta el río, por lo que pidió a la Prefectura que realizara una inspección frente a la planta. Al mediodía, una embarcación de esa fuerza con personal de Salud Municipal y Obras Sanitarias recorrió la zona y tomó muestras del agua para su análisis.

La posibilidad de que el derrame haya llegado al río fue desmentida tanto por la empresa como por la Dirección Nacional de Medio Ambiente uruguaya. José Pedro Gómez, asesor de comunicaciones del organismo, aseguró además que la rotura de la cañería “no provocó un problema ambiental”. Ante la consulta de Página/12 Gómez admitió, sin embargo, que la dirección no había enviado una inspección al lugar, sino que se basaba en la información suministrada por Botnia.

Así las cosas, hasta anoche no había otra fuente de información sobre lo sucedido que la propia pastera. En Gualeguaychú circularon versiones señalando que las sustancias derramadas estaban siendo “enterradas” en el predio, según habrían contado algunos trabajadores, pero ninguno de estos denunciantes pudo ser ubicado.

Los especialistas consultados por este diario coincidieron en que el accidente no parece en sí mismo peligroso, pero señalaron en cambio la reiteración de desperfectos, a veces técnicos y a veces humanos, en una planta que por su tamaño puede provocar efectos de magnitud (ver aparte). “Esto confirma lo que venimos señalando: que la planta no es segura, y la posibilidad de que ocurra un accidente de dimensiones impredecibles es muy alto”, consideró el asambleísta Juan Veronesi. Gustavo Rivollier, también integrante de la asamblea, aseguró por su parte que un camionero que trabaja para la planta le reveló que la empresa les retuvo los teléfonos celulares para impedirles que tomaran fotografías.

Los camioneros están en conflicto. Se quejan de que Botnia les hizo grandes promesas de trabajo a cambio de que apoyaran el proyecto y hoy están trabajando a sólo un tercio de que esperaban. Al parecer, ésa fue la grieta por la que ayer se filtraron las primeras informaciones sobre el derrame, luego admitidas por la compañía. Al igual que con las denuncias anteriores, el vocero de Botnia también desmintió que haya retenido los celulares. “¿Podríamos tener entonces una de las fotos que la gente se sacó jugando con la nieve?”, probó Página/12. Parecía fácil, pero no hubo suerte.



--------------------------------------------------------------------------------



También un puerto minero

Otro proyecto empresarial en las orillas del río Uruguay podría sumarse a los conflictos ambientales provocados por la pastera Botnia. Esta vez, el gobierno uruguayo está estudiando una iniciativa de la minera angloaustraliana Río Tinto para la construcción de un puerto en la localidad de Agraciada, en el departamento de Soriano, a unos 40 kilómetros al sur de Fray Bentos. El proyecto pretende construir un puerto de carga y acopio del hierro que la empresa extrae en una de sus minas de Brasil. El organismo uruguayo encargado de analizar el riesgo ambiental, Dinama, le habría otorgado la “categoría B”, lo que implicaría un impacto mediano en la naturaleza. Sin embargo, cuando la multinacional finalice los trámites de solicitud de permisos ante la Dirección Nacional de Hidrografía y la Dirección Nacional de Medio Ambiente se le comunicará a la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), integrada por ambos países. Se estima que la construcción de la terminal llevaría a una inversión de 205 millones de dólares y daría trabajo a unas 180 personas.


“Están tratando de tapar el problema que tuvieron”
Uno de los referentes de la Asamblea de Gualeguaychú, Jorge Fritzler, explica aquí el alcance de lo sucedido ayer en la planta de Fray Bentos y por qué supone que reapareció la cuestión de los permisos para cruzar el puente.
Por Alejandra Dandan

Los asambleístas de Gualeguaychú creen que la pérdida en Botnia sucedió el martes.
Jorge Fritzler es uno de los referentes de la Asamblea de Gualeguaychú. En diálogo con Página/12 repasó lo que sucede dentro de las vedadas tierras de Botnia y cómo manejaron la información sobre lo sucedido ayer. Según la Asamblea, Botnia sufrió un primer problema técnico el día martes y lo intentaron ocultar de distintas formas. Fritzler también habla de las credenciales verdes que distribuyen desde hace siete meses en el puente internacional para quienes las necesiten, excepto turistas y transportistas.
–¿Cómo se enteraron del problema de Botnia?
–El martes supimos que la planta no estaba funcionando pero no sabíamos por qué. Recién lo supimos hoy (por ayer) por gente que estuvo adentro de la fábrica y nos contó que se descosió la soldadura de un silo y que se derramó la parte de celulosa que estaba depositada ahí. Aparentemente el problema fue el martes porque estuvieron trabajando en la planta toda la noche y toda la mañana.
–¿Cómo lo supieron?
–Nosotros tenemos una cadena que nos permite estar informados, no le puedo dar más precisiones porque la persona que nos informa no lo hace de forma pública, pero lo interesante de todo esto es que Botnia no dejó ingresar con celulares a los operarios. Se los quitaron a todos para que no sacaran fotos y no pudieran documentarlo.
–¿Saben de otros antecedentes?
–No sé si nos enteramos de todo lo que pasa. Tenemos informes de que hubo derrames de licor negro, de que se les rajó una pileta y de que en una oportunidad tuvieron que poner una topadora en un piletón para sacar una especie de borra de café que estaba filtrándose a las napas.
–Ellos dicen que no es contaminante.
–Siempre van a decir lo mismo. Fíjese que a la CARU (órgano de control del río Uruguay) le negaron la entrada. Lo que hacen es justificar los errores.
–¿Desde hace cuánto entregan las credenciales para cruzar el puente?
–Se implementaron desde hace seis o siete meses, para agilizar el trámite de los que pasan varias veces al día por el puente. Trabajadores, dueños de las estancias u obreros. Además, nuestro corte es al transporte y al turismo. El resto tiene derecho a pasar.
–¿Por qué lo implementaron?
–Porque como no siempre estaban las mismas personas controlando el corte de ruta, cada vez que iba a pasar una persona que no conocían tenían que preguntar y explicar todo de nuevo. A dónde va, por qué, a qué hora vuelve. Ahora, aunque uno no lo conozca ya se sabe que la Asamblea habilitó a esa persona a pasar por un determinado motivo.
–¿Y quién toma la decisión de quién puede pasar y quién no?
–Para eso se formó una comisión de paso. En algunos casos lo resolvió la Asamblea.
–¿También pasan hinchadas de fútbol?
–El tema es viejo. Lo reflotaron ahora pero es del año pasado cuando la Asamblea dejó pasar a la hinchada de Gimnasia porque consideramos que sin la hinchada el equipo iba a estar en desventaja en Uruguay. No nos pareció justo que jueguen sin su hinchada. Eso se criticó, se nos dijo que estábamos dejando pasar a los barras que nos habían apretado, y en realidad la gestión la había hecho personalmente el presidente de Gimnasia.
–Lo que se les cuestiona es que la Asamblea se arrogue el derecho al paso.
–Por supuesto, porque somos administradores del puente.
–Pero hay como una colisión con las funciones del Estado, que es en todo caso el que debe decidir.
–Pero del corte al puente hay 10 kilómetros, nosotros no autorizamos a nadie a que pase el puente, eso lo autoriza Aduana. De todos modos, nosotros creemos que todo esto es parte de una estrategia de prensa de Botnia para tapar el problema que tuvieron: el tema sale ahora, mientras ellos decían simultáneamente que iban a parar la producción de la planta por 48 horas por un problema supuestamente distinto al que tuvieron.
Gargano, “horrorizado”
El canciller uruguayo Reinaldo Gargano se declaró “horrorizado” por la existencia de una tarjeta distribuida por los asambleístas de Gualeguaychú para franquear el paso de la ruta a vecinos que tienen que cruzar la frontera con Uruguay. “Es como si yo me pusiera a emitir tarjetas para determinar quién puede entrar o no entrar por la calle Cuareim al Ministerio de Relaciones Exteriores”, ironizó. Gargano presentará ante la Corte Internacional de La Haya un escrito en el que explicará por qué a fin del año pasado su país cortó los tres puentes que unen ambos países. Gargano afirmó que en la nota se destacará que “no es hábito uruguayo cerrar la frontera” y adelantó a la prensa uruguaya que la nota que enviará a La Haya indicaría que “la amenaza de invasión por aire, mar y tierra” de los ambientalistas argentinos “obligó a impedir el ingreso” a Uruguay. Junto a la nota, Uruguay acompañará informes ambientales realizados por la Dirección de Medio Ambiente y un monitoreo del río.
Dos opiniones
- Enrique Martínez, director del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI): “Por la poca información que manejamos, es muy difícil emitir una opinión objetiva. Considero que de los incidentes que hasta ahora se produjeron en la planta de Botnia, éste –el derrame de pasta de celulosa en las últimas etapas del proceso y a tanta distancia del río– fue el menos peligroso para las personas y el medio ambiente. Mucho más perjudiciales pudieron haber sido el escape de ácido sulfúrico o el derrame de cloro, que de haber llegado al río podría ocasionar graves daños. Reitero mi opinión sobre la necesidad de realizar un monitoreo conjunto de agua y aire –entre ambos países– por la buena relación que mantenemos con distintas instituciones de Uruguay. Pero para eso hace falta una resolución política que está pendiente, en donde la menos interesada es la empresa, que evitará someterse a mayores controles. Como ingeniero químico, y por haber trabajado en plantas de características similares, en la puesta a punto de una planta de esa magnitud y complejidad es lógico esperar que haya dificultades, que deberán ir ajustándose. Más preocupante es que la empresa les adjudique los incidentes a fallas humanas o impericia de los operarios, porque es la propia compañía la que tiene que formar y capacitar a su personal. Los argumentos que vuelca la empresa pueden ser opinables pero, de todas maneras, un incidente por semana me parece mucho”.
- Héctor Sejenovich, economista, especialista en medio ambiente y profesor en la UBA y la UNL: “El derrame no habría llegado al río, según la información que pude recoger, pero tampoco el incidente fue tan exageradamente pequeño como argumenta la empresa, porque si hubiera sido así no habría trascendido. Los finlandeses no están adaptados a manejar una planta de semejante tamaño, con una producción anual de un millón de toneladas, porque no existe una planta de similares características, ni en Finlandia ni a escala mundial, abastecida por agua de río. Sí las hay, pero a orillas del mar. Es muy difícil soportar un incidente cada semana, hasta ajustar ese monstruo operativo sobre el que no hay experiencia previa de manejo, y dejar expuesta a la gente como chanchito de Indias de una posible contaminación. Es cierto que en la etapa de instalación y puesta en funcionamiento se pueden producir una serie de desperfectos, como también es cierto que, si se produce un derrame importante, hasta que se pueda paralizar todo el proceso de producción ya estará contaminada la mitad del río. Un dato que con exactitud sólo maneja la empresa. Fui uno de los encargados de calcular el lucro cesante que tendría que desembolsar Botnia por la emisión de dioxinas (sustancias cancerígenas), según lo autorizado por los organismos ambientales uruguayos, pero sólo Botnia sabe qué cantidad emitirá su proceso productivo y siempre se negó a proporcionar ese tipo de información”.
© 2000-2008 www.pagina12.com.arRepública ArgentinaTodos los Derechos Reservados

No hay comentarios: