El profesor e investigador de la Universidad de la Sapienza en Roma afirmó que “es posible que la pastera esté escondiendo miles de toneladas de tóxicos no declarados”.
El experto cargó además contra el delegado argentino en la CARU, Horacio Melo, quien consideró que lo que está en discusión es si la contaminación supera lo que el río permite: “Escuchar este tipo de declaraciones es inaceptable”, sostuvo.
Tras conocerse días pasados las conclusiones del informe del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) sobre el estudio de eco-toxicología, que observa cambios de los elementos vivos por sustancias tóxicas en el río Uruguay, el científico e investigador de la Universidad de la Sapienza, Marcelo Enrique Conti, quien tiene una gran trayectoria en matera ambiental, habló en el programa Kilómetro Cero que se emite los días sábados por Radio Cero de Gualeguaychú (104.1 FM).
Sergio Giachino - Usted en 2009 sostuvo que Botnia iba a ocasionar un desastre ambiental en el río Uruguay, ¿ratifica estos dichos?
- Marcelo Conti (MC): Sostengo que Botnia está ocasionando un desastre ambiental, ya que la empresa siempre ha dado escasa información y es posible que esconda miles de toneladas de tóxicos que no están declarados. Y los números no pueden mentir. Es decir, si yo tengo un proceso productivo de celulosa, seguramente voy a tener desechos tóxicos y químicos que son cuantificables, como también lo será su impacto. Recordemos que la resolución de La Haya está basada en informes que fueron injustamente llamados “independientes”, y a los cuales Argentina no se ha opuesto, por el contrario, ha aceptado un consultor “independiente” que concretamente era uno de los firmantes de los documentos Eco-Metrix. (…) Actualmente un funcionario argentino en la CARU (en referencia a los dichos de Horacio Melo), dijo que “el problema no es si Botnia contamina o no, el problema es cuánto el río puede aceptar”. Escuchar este tipo de declaraciones es inaceptable. Una persona de este nivel bajo de conocimientos, no creo que pueda participar de un proceso de mejoramiento de lo establecido. Yo lo llamaría ‘soldado obediente’, que hace sólo un trabajo político y que no tiene ningún interés en el tema ambiental y en la salud de las personas.
- Mucho menos imaginar la dilución para bajar la temperatura del agua, como argumentan ellos…
MC: Eso es absolutamente inaceptable. Como he dicho siempre, la dilución no es un método de saneamiento de la contaminación. Si nosotros leemos los datos, vemos que los efluentes de Botnia tienen un caudal de 3500 (tres mil quinientos) metros cúbicos por hora. El caudal del río es de 2.800.000 (dos millones ochocientos mil) metros cúbicos por hora, ¿Qué diferencia de temperatura, a 38°, provocarían los 3500 contra 2.800.000? La variación es de una décima de grado! Entonces ésta es la última mentira que nos están contando los funcionarios de Uruguay. Eso es escandaloso, aquí se arregla con una infracción otra infracción. Por un lado la dilución que ya infringe a la normativa ¿y después se vuelve a infringir la normativa para cumplir la norma uruguaya que obliga a la planta a verter sus efluentes a una temperatura menor de 30°? ¿En cuál lugar se puede permitir una cosa de este tipo? Hay que ver cómo se hace la dilución, cosa que CARU no aclaró.
Si se confirmara la peor situación, se confirmaría el ocultamiento de miles de toneladas de tóxicos, adicionales a los que ya conocemos.
Botnia y la DINAMA, que parecen ser la misma cosa, dicen que cumplen con las normas. Yo quisiera saber… ¿con cuáles normas? Son las normas que la empresa misma se ha ‘fabricado’ junto con la DINAMA y que no existen en el mundo...
- ¿Y los contaminantes?
MC: La concentración de algunos en el ambiente están casi al doble de los permitidos por la Organización Mundial de la Sanidad para la emisión de contaminantes. Y estos límites se refieren a sitios urbanos o contaminados! Acá estamos hablando de lo que se llama ‘pristine environment’ (medio ambiente no contaminado), o mejor dicho lo que era un ‘pristine environment’, hasta que llegaron estas empresas a contaminar. Cada país está libre de fabricar sus propias normas de permisos de contaminación, pero cuando la contaminación llega a la frontera hace mucho daño a terceros…
- Y vemos una permisividad en los tiempos del gobierno que le da tiempo, dilata y diluye más que Botnia el problema…
MC: El tema de la dilución del tiempo, de los tres años del monitoreo es inaceptable. ¿Y si pasa un accidente en estos tres años quien se hace cargo? Otro punto que tendríamos que empezar a considerar es la sentencia de La Haya. La actuación de la Argentina fue poco eficiente como oposición. Durante las audiencias orales y públicas en septiembre de 2009, Uruguay incorpora en su delegación un experto ‘independiente’. Este ‘experto’ es uno de los técnicos que firma la mayor parte de los estudios de EcoMetrix. Yo me pregunto..., abogados que ganan 400/500 dólares por hora!!, ¿ni siquiera hicieron un reclamo en referencia a este abuso que ha sucedido en la Corte?. No se puede poner un experto, cuando éste firma los informes de la contra parte (EcoMetrix), informes que además presentan falencias muy graves.
- ¿Quién es ese experto?
El nombre prefiero no decirlo (está en las actas).
Nonynilfenol y las pruebas
- Un tema importante para analizar es el de las pruebas que Argentina presentó ante la Corte de La Haya, cómo las ha manejado…
MC: La presentación que fue hecha es absolutamente discutible. Encuentran el Nonylfenol en agua y sedimentos, y eso lo adjudican directamente a Botnia. Por supuesto que ahí hemos sido tratados muy mal (por Uruguay), porque la respuesta fue enseguida que eso tenía que ver con los cultivos de arroz y de soja. Una pregunta que me hago es ¿por qué cuando se encuentra el Nonylfenol en agua y sedimentos no se hace una correlación con el gravísimo derrame de febrero de 2009?, cuando el río estaba todo lleno de tóxicos. Y se informó a la población que eran, como dijo algún Ministro casi cómico (por Aníbal Fernández), ‘algas albinas’.
- El presidente de la delegación uruguaya en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), Gastón Silberman, dijo que Botnia contamina dentro de los parámetros. ¿Qué son esos parámetros?
MC: Son tres puntos: la evolución de la ciencia, la evolución de la tecnología, la evolución de la normativa. En general en un país normal, tiene que haber la conexión entre un descubrimiento científico, la recepción de ese descubrimiento, y además una normativa que regula y defiende la salud de los ciudadanos respetando límites de riesgo que están establecidos por límites científicos anteriormente estudiados.
Bueno, si nosotros analizamos los estudios EcoMetrix, ellos decían que respetan las normas IPPC, que es la norma que en Europa regula el uso de las mejores tecnologías disponibles. ¿Qué tiene que ver la normativa europea con lo que pasa en Uruguay y Argentina? La normativa Europea fue hecha para una situación de media a elevada contaminación, como es la situación en Europa. No se puede utilizar en ambientes casi vírgenes (pristine), que tienen que ser defendidos y que tienen una riqueza natural y una biodiversidad altísima. Esta es la primera objeción.
- ¿Esto es lo que decía Silberman, sobre que cualquier actividad humana contamina? ¿El tema es el grado?
MC: Claro, pero hay que tener en cuenta que este tipo de Mega-plantas en Europa no existen. Son plantas monstruosas e incluso acordémonos que estaba el permiso para construir la planta de Ence, autorizada en un mismo ecosistema. Y está claro que hay mejoramientos técnicos, pero si aumentas la producción al doble o triple, eso no sirve de nada.
- Botnia en Finlandia tiene la planta más grande que es de 600 mil toneladas, y en el mar Báltico. Y nosotros en el río Uruguay tenemos a Botnia con más de un millón de toneladas. Y en la boca del Río de la Plata va a estar Montes del Plata, con un millón cuatrocientos…
MC: Claro, este es el tema de la exportación de contaminantes que Europa no puede soportar más. Entonces las instalan en Uruguay, en Asia y también en Argentina (por la pastera proyectada en Corrientes).
- A la lucha de Gualeguaychú se suma este respaldo desde la Universidad de la Sapienza en Italia, y los funcionarios siguen sin oír. ¿Qué más se les puede decir?
MC: Hay mucho para decir. Por ejemplo, cuando los estudios de impacto y los datos que presenta la DINAMA son dados por la misma empresa Botnia. No ha existido nunca un verdadero estudio independiente. Tengo información que aún no existe una precisa zona de muestreo fuera del predio de planta. En las industrias, cuando voy a hacer un muestreo, por ejemplo, en alguna industria química, existe un lugar exacto para hacer el muestreo y un caudalímetro, para poder calcular la descarga en ton/h. Aquí los científicos de la CARU no nos han informado si esto existe, si se muestrea en el mismo lugar donde se mide el caudal, y otros detalles. Ahora, si la determinación del caudal de efluentes viene hecha en un punto cerca del tratamiento secundario, y la determinación de la concentración viene hecha después del punto de dilución, esto sería una nueva y grave estafa de miles de toneladas de contaminantes no declaradas.
Y muy grave es lo que dicen los jueces de La Haya. Ellos dicen que no tratan los gases, por la cuestión del estatuto. En este sentido es una falencia muy grave de los argentinos, porque nadie les explicó que la contaminación atmosférica va a terminar en el río!??
Corte Internacional Penal del Medio Ambiente
Marcelo Enrique Conti, Vicepresidente de la Academia Internacional de Ciencias Ambientales (IAES) de Venecia, es uno de los promotores de la creación de la Corte Penal Internacional sobre delitos ambientales.
En este sentido al ser consultado por radio Cero por sobre en qué estado está el proyecto explicó: “hemos sido consultados por la Comisión Ambiente (ENVI) de la Unión Europea y hemos presentado, junto con el Presidente IAES Prof. Antonino Abrami, la propuesta de crear una Corte Penal Internacional en contra de los delitos ambientales, para que los delitos en contra del medio ambiente sean finalmente considerados como Delitos de Lesa Humanidad. Pero sinceramente esperábamos una respuesta más rápida, y hasta el momento el debate queda abierto esperando en una solución positiva. El proyecto cuenta con el aval del Premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, Presidente Honorario IAES”.
Monitoreo de aguas del sur argentino
Desde su laboratorio, Marcelo Enrique Conti realizó una serie de trabajos sobre monitoreo biológico en el sur de la Argentina, en colaboración con el grupo de la Profesora Mabel B. Tudino del Departamento INQUIMAE de la Universidad de Buenos Aires.
Se estudiaron 170 km de costa, desde el Parque Nacional de Tierra del Fuego (bahía Lapataia), hasta punta Moat, en todo el canal de Beagle. Se estudiaron moluscos y aguas, para ver cuáles son los niveles basales de la contaminación. Después se realizaron otros trabajos en toda la provincia de Tierra del Fuego, sobre los líquenes, se detectaron 26 elementos y, por ejemplo, hemos detectado bajos niveles de uranio.
El objetivo era probar que la Patagonia es un lugar incontaminado, “pero lamentablemente existe un nivel mínimo de contaminación, que está derivado del transporte a muy larga distancia de contaminantes atmosféricos”.
“Las empresas, cuando hay un accidente, te dicen que ya estaban comprometidos los lugares. Entonces si tenemos bases de datos, la defensa del medio ambiente puede ser mejor en caso de conflicto judicial”, sostiene Conti, quien en el mes de Junio, estará en la Argentina para presentar los trabajos.
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